Edward Seykota en los círculos de profesionales financieros goza de una reputación como un virtuoso de las operaciones comerciales y un comerciante extremadamente sistemático. Las preferencias de este profesional pertenecen al intercambio de materias primas, pero su desarrollo y experiencia son igualmente interesantes para los especuladores que ganan en valores y divisas. Pertenece al primer escalón de los financistas que han comenzado a utilizar activamente la tecnología informática para evaluar y analizar sus propias opiniones.
El punto de partida en The Trading Biography de Edward Seikota fue el corte de operaciones no rentables en la segunda mitad de los años 60. Esta experiencia negativa definió su desconfianza hacia las noticias fundamentales, y también dio una lección importante para frenar las pérdidas. Al enterarse de que el Ministerio de Finanzas tiene la intención de suspender la venta de plata, Seikot, al igual que docenas de otros comerciantes, ha hecho una conclusión obvia sobre el próximo aumento de precios. En realidad, los acontecimientos han penetrado en un volumen de negocios diferente: los precios siguieron cayendo, ignorando las noticias. Analizando las razones de su derrota, el financiero se encontró con artículos de Richard Donchiyan, un analista que ganó el título no oficial de "padre de estrategias de tendencia". Las ideas de creación de sistemas mecánicos sobre este principio han demostrado su utilidad, influyendo en gran medida en el enfoque de Edward Seikot sobre las ganancias en las operaciones bursátiles.
Colaborando con una gran empresa de corretaje en la década de 1970, desarrolló y utilizó uno de los primeros sistemas electrónicos para la gestión financiera en sus operaciones diarias. A pesar de la eficacia de este enfoque, no estaba satisfecho con la posición de la dirección y decidió ganar su propio dinero. Entre 1972 y 1988, logró rendimientos sin precedentes al aumentar la fortuna del cliente de $5,000 a $250,000. Este y varios casos similares han proporcionado a Edward Seikota una mención en los libros de Mike Kavel a y Jack Schwager, así como una reputación innegable entre los profesionales del mercado de valores.