Los medios de comunicación a menudo se refieren a Ingeborga Mootz como "un anciano de un millón", que, en general, caracteriza mejor su historia de éxito. Esta anciana no es tan rica como, digamos, Bill Gross o Alan Greenspan, y su impacto en la economía mundial no es tan tangible. Sin embargo, hoy en día es considerado como uno de los comerciantes más famosos de la Unión Europea. Nació en 1922 y comenzó a cotizar en la bolsa de valores en los años 90 cuando tenía 70 años. Sin educación especial, experiencia e incluso una computadora, Ingeborga Mootz obtuvo un 100% de ganancias al año después del inicio de la negociación en la bolsa de valores.
En numerosas entrevistas que Ingeborga Mootz da a periodistas de diferentes países, hace hincapié en dos cosas. En primer lugar, la estrategia por la que se guía es muy simple. En segundo lugar, ella llama a la riqueza ganada un reembolso del destino durante los años de pobreza.
Biografía de Ingeborga Mootz
Frau Mootz nació en Gissen, que es considerada una ciudad universitaria. Sus padres eran conocidos como pobres y, para coléstate todo, tenían muchos hijos. Después de casarse, se dio cuenta de que su marido era una persona extremadamente ahorradora que también se oponía a su empleo. Cansado de la picardía de sus fieles, en un momento Ingeborg Mootz le informó que iba a operar en la bolsa de valores.
Al principio parecía que la conversación no terminaba, pero después de la muerte de su marido, descubrió que había comprado acciones de VEBA por valor de unas 40.000 marcos. Fueron ellos los que se convirtieron en los activos de partida y dieron el primer beneficio significativo, lo que permitió comprar valores Commerzbank e IKB DeutscheIndustriebank. Después de venderlos un año más tarde, Frau Mootz ganó el 130%. Un año más tarde, a petición de su pariente, tomó el control de su capital y le valió un nuevo hogar.
Un mayor crecimiento del capital de Ingeborga Mootz se asocia con la inversión en estructuras bancarias. Al mismo tiempo, como ella misma señala, el dinero sólo debe invertirse en empresas desarrolladas, cuya historia tiene más de cien años, o en sus filiales. El principal indicador del éxito de la organización es el índice DAX-30 publicado por la Bolsa de Fráncfort. Frau Mootz está convencida de que cualquiera puede utilizar su sistema – es suficiente para empezar con acciones fiables por valor de unos 1000 euros. Al mismo tiempo, insiste en que la sociedad moderna sabe muy poco sobre la inversión y al mismo tiempo depende psicológicamente de cada minuto de consumo. Ambos problemas, en su opinión, son apoyados artificialmente por los bancos y el gobierno.
Escrito por Ingeborga Mootz, el libro "The Exchange Detective" se encontró inicialmente con fuertes críticas de los editores. De hecho, nadie quería publicar un artículo sobre la estrategia bursátil escrito por una ama de casa. Decidiendo que sus puntos de vista sobre el comercio de valores merecían atención, la autora publicó "The Exchange Detective" en Internet. Contando cuántas personas descargaron el libro de Ingeborga Mootz, las editoriales comenzaron a competir por el derecho a publicarlo. Hasta la fecha, Frau Mootz tiene más razón al llamar "anciana por dos millones de euros", ya que, según algunos informes, ya ha superado esta marca.